(El Mercurio) Las compensaciones que han recibido los sindicatos mineros este año han mostrado un importante avance versus ejercicios anteriores, con retornos como los de Escondida o Caserones, en torno a los $17 millones, y más de 10 faenas con pagos sobre los $10 millones.

Para el presidente de la Sonami, Diego Hernández, estos pagos no son representativos de la realidad de la industria, si se considera que el precio del cobre no termina de afianzarse sobre los US$ 3, y que acumula un valor promedio de US$ 3,06 en 2018, un 9% mayor a la media de 2017. “Esto no se condice con la realidad del negocio y con el precio promedio que vamos a tener este año, que no es tan espectacular y a toda esta incertidumbre que ha provocado la guerra comercial entre EE.UU. y China, que deja la situación del precio más precaria”, apunta el líder gremial.

Respecto de las escaramuzas entre las potencias, Hernández explica que hay preocupación, ya que se han visto afectadas las expectativas económicas y el equilibrio entre oferta y demanda de cobre. “Hay una expectativa más pesimista y la posibilidad de que China pueda bajar su crecimiento en relación con lo que viene, y lo que hemos tenido hasta ahora provoca que el mercado piense que existe una posibilidad de una menor demanda y eso te hace bajar el precio”, asegura.

Crecimiento minero

Con todo, en la semana que se dio a conocer el crecimiento del PIB minero (4,8%), el líder gremial indica que se respira con mayor tranquilidad luego del acuerdo en Minera Escondida.

“El PIB minero debería presentar un crecimiento de 6% al cierre del año, esa era la expectativa, siempre que no pasara nada y ahora ya pasó el riesgo mayor, que eran las negociaciones colectivas. Hay un aumento de capacidad de Escondida que es relevante, a lo que se suma que no hubo huelga. Entonces, combinando las dos cosas vamos a pasar de 5.500.000 a 5.900.000 toneladas”, explica Hernández.

El ex presidente ejecutivo de Codelco destaca las medidas del gobierno para atraer mayores inversiones, aunque advierte que los aumentos de producción se podrían ver recién en 2020, cuando estén en régimen proyectos como Spence, Quebrada Blanca II, o las expansiones de Los Pelambres.

Respecto de la reforma tributaria, apunta a que va por la senda correcta, pues se focaliza en tres aspectos claves para retomar el crecimiento: la simplificación de la normativa impositiva, certeza jurídica y el fomento a la inversión.

En el caso específico de la minería, comenta que “se trata de una actividad que se desarrolla en el largo plazo, por ello es muy importante contar con estabilidad en la normativa tributaria que le permita contar con la certeza jurídica y económica para poder desarrollar los proyectos. Es contraproducente para la inversión modificar permanentemente las disposiciones legales y reglamentarias sobre esta relevante materia”.

En este escenario, destaca la conveniencia de reinstaurar la normativa sobre inversión extranjera que establecía invariabilidad de las disposiciones impositivas por un lapso de hasta veinte años.