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Colombia Repunta

Hay un asunto en el cual hay unanimidad cuando se habla de desarrollos mineros en Colombia: la percepción de quienes alguna vez han pasado por su geología es que este país tiene uno de los más impresionantes potenciales mineros de la región. En medio de los bandazos que ha experimentado la actividad en el país, se sabe de la existencia de depósitos de aluminio, cobre, diamantes, hierro, plata platino, diamantes y barita.

También se ha hecho referencia, por parte de las autoridades, de minerales de culombio y tantalio (coltan), además de los omnipresentes carbón, esmeraldas, níquel y oro. Dicho de otra manera, el requisito básico para mover el interés de la inversión, Colombia lo tiene y en abundancia

En medio de las dificultades externas originadas en las conocidas condiciones del mercado de materias primas, donde los principales productos mineros colombianos, el oro y el carbón, se han visto agobiados por los precios en los mercados internacionales, se han venido registrando hechos significativos, como la del histórico nivel de producción de carbón, alcanzado en 2016 las 90,5 millones de toneladas métricas y aumentos en la producción legal de oro.

Sin embargo, no todo ha sido miel sobre hojuelas, 2016 fue un año en extremo difícil desde el punto de vista regulatorio, merced de la proliferación de una serie de sentencias proferidas por la Honorable Corte Constitucional, que han levantado una serie de barreras inusitadas en aras de la defensa del derecho constitucional a un ambiente sano, en donde se han generado novísimas y controversiales sentencias alrededor de la participación ciudadana, la autonomía de las regiones, el desarrollo de los conceptos de consulta previa alrededor del Acuerdo 169 de la OIT y de las denominadas consultas populares.

Todo ello ha devenido en una parálisis en términos de otorgamiento de títulos mineros, que se suma a la enorme conflictividad social vinculada a la explotación ilícita de minerales y los procesos de formalización asociados que, con empeño, trata de generar la autoridad minera.

2017, al decir de la Asociación Colombiana de Minería, podría ser distinto y positivo. De una parte, las perspectivas internacionales y, en el frente interno, la acuciante necesidad de ingreso fiscal han movido al gobierno colombiano a lanzar una iniciativa económica llamada “Colombia Repunta”, centrada en mayores ingresos generados por los sectores de hidrocarburos y minero y en el impulso a sectores como la construcción, el agrícola y obras sociales asociadas al post conflicto y al consolidación de la paz, tareas éstas que demandan un esfuerzo económico considerable y que en su momento la Andi, el más representativo gremio económico de Colombia, llamaba la “re -CONSTRUCCION del país.”

Esto de la paz en Colombia es determinante para el futuro del país y estamos seguros que el aporte de la minería será insustituible para obtener esa ansiada condición.