(Diario Financiero) Por más de un siglo, el estado de Australia Occidental ha entregado una recompensa lucrativa a las mineras de oro y hierro. Ahora, una revolución de baterías impulsada por la transición hacia los autos eléctricos y los sistemas de almacenamiento de energía está creando una fiebre para explotar sus reservas de litio, cobalto y níquel.

Esta semana, BHP Billiton se unió a la fiesta, al revelar sus planes de transformarse en el mayor productor de sulfato de níquel, un componente clave en las baterías de litio que alimentan a los autos eléctricos. BHP gastará US$ 43 millones en una nueva fábrica para producir 100 mil toneladas de sulfato al año y busca comenzar la producción en abril de 2019.

“Es un cambio mayúsculo”, dijo a Financial Times Eduard Haegel, presidente de BHP Nickel West, en el marco de la conferencia de Diggers & Dealers en Kalgoorlie, en Australia Occidental. “Creemos que va a ocurrir un aumento muy grande en la demanda de sulfato de níquel en el mediano plazo, para impulsar esta nueva revolución energética”.

BHP está apostando a que la industria se moverá hacia las baterías ricas en níquel, que son las favoritas de Tesla y Panasonic, y tienen una mayor concentración del metal que las tecnologías rivales. Dice que el níquel de alto grado que produce es más adecuado para el uso en baterías de ion de litio y pasará de vender la mayor parte de su níquel en el mercado de acero inoxidable de bajos márgenes hacia el del almacenamiento energético y vehículos eléctricos, de mayores retornos.

En cinco años, BHP espera vender 90% de su níquel al mercado de las baterías, en comparación con el 10% actual.

BHP ha dicho previamente que Nickel West, una operación minera integrada en Kalgoorlie, es un activo no esencial y ha buscado vender el negocio. El plan de cambiar a producción de sulfato da a la unidad un nuevo impulso de vida.

UBS prevé que las ventas globales de autos eléctricos se multipliquen por veinte a 15 millones de unidades en 2025, lo que dice que impulsará la demanda de materias primas usadas para construir las baterías, incluyendo litio, cobalto, níquel y grafito. Australia Occidental es rica en estos recursos y una nueva generación de mineras está apostando por el mercado, atrayendo a socios internacionales para desarrollar minas en la región.

El mes pasado, la mayor empresa de litio del mundo, Sociedad Química y Minera de Chile (SQM), pagó

US$ 110 millones por un 50% en el proyecto de litio Mt. Holland, de Kidman Resources, en Australia Occidental. En junio, Pilbara Minerals recaudó US$ 100 millones para financiar una mina de litio de US$ 234 millones, que entraría en producción en 2018. Ha negociado acuerdos de salida con las chinas General Lithium y Jianxi Ganfeng Lithium, cubriendo toda la producción de 300 mil toneladas de concentrados.

Australia lidera el litio

“Australia ya es el mayor productor de litio en el mundo”, dice Chris Reed, director administrativo de Neometals, dueña de 13,8% de la mina de litio Mt. Marion, cerca de Kalgoorlie. “Hay cuatro minas de litio en producción y otras cuatro en desarrollo”. En 2016, Australia produjo 14.300 toneladas de litio, mientras el segundo y tercer productor mundial –Chile y Argentina- produjeron 12 mil y 5.700 toneladas respectivamente, según el Servicio Geológico de Estados Unidos.

La producción de Australia proviene de depósitos de roca dura, mientras que el litio de Chile y Argentina proviene de salmuera.

Pese a que la extracción de salmueras es lenta, generalmente es más barata que las operaciones de roca dura, dado que el litio ya está aislado dentro de la salmuera y el sol hace gran parte del trabajo.

El año pasado, el consumo global de litio creció 14% a 37.800 toneladas, aumentando los precios del carbonato de litio por sobre los US$ 20 mil por tonelada en el mercado spot de China.

Ken Birindsen, director administrativo de Pilbara Minerals, predice una “crisis de material” en el suministro y la demanda, a no ser que nueva inversión comience a fluir hacia la minería del litio a nivel global. Prevé que las grandes automotrices o los productores de baterías comenzarán a invertir en materias primas y dice que Australia está en buena posición para beneficiarse de las inversiones. “Es una oportunidad fantástica. Casi no hay mejor lugar en el mundo para construir una mina que Pilbara”, dijo.

Producido como un subproducto del cobre y el níquel, el cobalto –otro componente vital en las baterías de ion de litio– es un objetivo para las mineras y algunos analistas predicen que la demanda del metal podría crecer.

Glencore es la mayor productora del país con su mina de níquel Murrin Murrin y su planta procesadora en Australia Occidental. Pero nuevos participantes persiguen un precio del cobalto que ha crecido 73% este año en la Bolsa de Metales de Londres. Ardea Resources, una pequeña minera de Perth, busca desarrollar el mayor depósito de cobalto de Australia cerca de Kalgoorlie, un recurso que es propiedad formalmente del grupo brasileño Vale. Otra australiana, Cobalt Blue, tiene en la mira un proyecto cerca de Broken Hill en New South Wales.

“Sólo hay que mirar el movimiento en el precio del cobalto en los últimos doce meses y ver el número de exploradores que entran en el espacio para tener una idea del entusiasmo y las oportunidades disponibles”, dijo Paul Howard, un analista de Hartleys, una corredora basada en Perth.